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Violencia de género: la denuncia que sella la debacle política de Alberto Fernández

El expresidente de Argentina, Alberto Fernández, quedó envuelto en un vendaval político luego de que su expareja, Fabiola Yáñez, lo acusara de haberla golpeado en reiteradas ocasiones, incluso cuando estaba embarazada.

La denuncia provocó una conmoción en el país sudamericano y el repudio unánime por parte de políticos y simpatizantes oficialistas y opositores en contra del exmandatario, quien, a sus 64 años, enfrenta una sorpresiva y grave crisis en la recta final de su larga carrera política.

Hasta la semana pasada, Fernández venía sorteando una causa judicial que investiga los millonarios e irregulares contratos que Héctor Martínez Sosa, esposo de su secretaria personal, María Cantero, obtuvo con el Estado por la adquisición de seguros.

La justicia analiza si Fernández incurrió en un delito para favorecer, de manera indebida y mientras ocupó la presidencia, al esposo de su secretaria, quien, a su vez, también es su amigo personal.

Como parte de la investigación, se decomisó el celular de Cantero. Ahí fue donde el juez Julián Ercolini descubrió chats en los que Yáñez le contaba a la secretaria que el presidente la golpeaba. Los mensajes incluyen fotos con moretones en su rostro y cuerpo.

Entonces el juez contactó a Yáñez para preguntarle si quería denunciar a Fernández, ya que sin ese trámite no se podía iniciar una causa por violencia de género. En principio, la ex primera dama se negó, pero el martes cambió de opinión, habló al juzgado desde Madrid, en donde reside, y acusó formalmente al exmandatario.

La tormenta política fue imparable. Y no es la primera que ambos protagonizan.

Historia

La relación entre Fernández y Yáñez fue polémica desde que se conocieron en 2013 por la diferencia de edad, ya que él es 22 años mayor que ella.

Nunca se casaron, pero en 2019, cuando Fernández comenzó su presidencia, Yáñez asumió un rol de primera dama que generó cuestionamientos permanentes, debido al protagonismo que ejercía basado en el modelo conservador y asistencialista de las esposas de los presidentes que imperó durante el siglo pasado.

El gran escándalo estalló en agosto de 2021, ya que la prensa reveló que la pareja presidencial había festejado el cumpleaños de ella con una decena de invitados en la residencia oficial en julio de 2020, cuando regían las duras restricciones sociales que el propio Fernández había impuesto debido a la pandemia de coronavirus.

Las fotos que demostraron el festejo impactaron negativa y definitivamente en Fernández. Desde entonces, analistas y dirigentes políticos coinciden en que ese día terminó su Gobierno porque perdió toda credibilidad. Por eso ni siquiera intentó postularse a la relección en 2023. Algunas de las últimas encuestas de su gestión le otorgaban un rechazo del 80 %.

En abril de 2022, Yáñez, quien era objeto de todo tipo de insultos por parte de la oposición, parió al único hijo que tuvo con Fernández. Luego sólo esperaron a que él terminara su Gobierno al año siguiente para confirmar su separación.

Ya fuera del poder y pese a las múltiples críticas que recibía por los resultados de su administración, el peronista era reconocido como el presidente «más feminista» de la región, ya que había creado el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género e impulsado la legalización del aborto y el cupo laboral trans.

También usaba el lenguaje inclusivo e incluso en alguna ocasión anunció que en Argentina se había terminado «con el patriarcado».

De ahí el cimbronazo que ha provocado la denuncia de Yáñez porque, más allá de que todavía falta que la justicia se expida, una premisa fundamental de los feminismos es creerle a la víctima. Así lo hicieron incluso las y los compañeros de partido de Fernández.

Críticas

«En términos éticos, rige acompañar a la víctima. En términos jurídicos, rige el principio de inocencia. En términos políticos, rige el no te hagas el boludo», advirtió Juan Grabois, un influyente dirigente peronista que el año pasado ya fue precandidato presidencial.

«Yo no me enteré hoy de que Alberto Fernández era Alberto Fernández. De los inmorales usualmente salen acciones inmorales«, agregó al asumir que en 2019 lo votó porque era la mejor alternativa posible «en un marco limitado».

La exlegisladora Ofelia Fernández, quien es una de las voces más importantes de los feminismos en Argentina, explicó que no especularía con las acusaciones ni retrasaría su repudio.

«De Alberto Fernandez creo también que es un psicopata por haber usado durante años al feminismo y a sus militantes«, señaló al lamentar la «interminable decepción» que representa el expresidente.

La exministra de Mujeres de Argentina niega haber recibido una denuncia contra Alberto Fernández

Mayra Mendoza, otra importante dirigente del peronismo, dio por probada la culpabilidad del expresidente.

«Dado el perfil de Alberto Fernandez, hombre varón cis que evidenció no poder asumir la conducción política de una mujer como Cristina Fernández, y que siempre se preocupó por saber si iba a estar herido en su masculinidad, tiene todas las características de poder haber ejercido violencia de género»dijo.

«Le creo a ella. Punto»agregó la senadora Juliana Di Tullio en un mensaje en el que también repudió la «hipocresía» de los oportunistas que sólo se indignan porque se trata de un político peronista, no porque de verdad les interese combatir la violencia machista.

En el plano institucional, 39 diputados del bloque peronista Unión por la Patria presentaron este miércoles un proyecto para solicitar que se investigue la denuncia y se determinen las responsabilidades pertinentes.

De esta forma, Fernández se quedó solo, sin ningún tipo de respaldo y a la espera de que avance una investigación en la que, según ya anunció, demostrará que las acusaciones de su expareja son falsas.

Fuente RT

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